Hablar y escribir nos delata
Fue hace más de 15 años cuando Stuart Campbell decidió asesinar a su sobrina, Danielle Jones. Para evitar ser descubierto, cogió el teléfono de Danielle y envió una serie de mensajes que además de sacarlo de la escena del crimen, se mostraba a él mismo como otra víctima.
En 2002, se demostraron estos hechos y se juzgó a Campbell como el asesino de Danielle Jones, aun cuando el cuerpo no había aparecido y las únicas pruebas que se tenían eran unos mensajes de texto. En ellos se notaba una cambio de estilo, que no era propio de la adolescente, y que, por el contrario, era similares al estilo que poseía el sospechoso.
Lo más probable es que Campbell no tuviera ni idea lo que un centenar de caracteres, su estructura y contenido podían mostrar. Los lingüistas forenses trabajan a diario con la diferencias en el uso de las palabras para identificar a terroristas y criminales. Esto se debe a que cada individuo se expresa con sus propias marcas lingüísticas, a esto se le llama ideolecto. Como señala James Foster: Los seres humanos son prisioneros de su propio lenguaje.
En 2002, se demostraron estos hechos y se juzgó a Campbell como el asesino de Danielle Jones, aun cuando el cuerpo no había aparecido y las únicas pruebas que se tenían eran unos mensajes de texto. En ellos se notaba una cambio de estilo, que no era propio de la adolescente, y que, por el contrario, era similares al estilo que poseía el sospechoso.
Lo más probable es que Campbell no tuviera ni idea lo que un centenar de caracteres, su estructura y contenido podían mostrar. Los lingüistas forenses trabajan a diario con la diferencias en el uso de las palabras para identificar a terroristas y criminales. Esto se debe a que cada individuo se expresa con sus propias marcas lingüísticas, a esto se le llama ideolecto. Como señala James Foster: Los seres humanos son prisioneros de su propio lenguaje.
¡Qué interesante! Nunca lo habría pensado.
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